Concurso de historias: Atrapado en otra dimensión | Colegio Merici

Concurso de historias: Atrapado en otra dimensión

Por: María José Frías Villarreal

 

 

Hola, mi nombre es Antonio y les voy a narrar cómo terminé atrapado en otra dimensión.

Todo empezó un 3 de abril, era un día normal, me levanté para ir a la escuela, me bañé, después me cambié, preparé mi lunch y metí mis cosas a la mochila para ir a la escuela. Salí de mi casa y caminé a la parada del autobús, llegué a la escuela, tomé clases; saliendo comí algo, hice la tarea y fui a jugar con mis amigos. Llegué a mi casa, cené y me fui a dormir. Mientras dormía pasó algo raro, tuve el sueño más loco del mundo: estaba en un lugar oscuro, parecía el espacio y yo estaba parado en algo parecido a una aurora boreal. No sabía qué estaba pasando. Una voz me habló,  me dijo que era el elegido y que mi viaje empezaría muy pronto. Ya estando despierto me di cuenta que no estaba en  mi cuarto, estaba en un lugar extraño, lleno de animales místicos;  en verdad me sorprendió bastante ese lugar, al verlo por primera vez, pensé que seguía soñando, así que decidí comprobarlo: me pellizqué e intenté despertar de todas las maneras posibles, pero me di cuenta finalmente que no era un sueño y todo lo que estaba pasando era real.

Decidí sentarme en el pasto de este mundo extraño para mí, aunque sabía que así no iba a resolver nada. Empecé a caminar e ir en busca de respuestas para saber qué estaba haciendo en este mundo.

Encontré bastantes criaturas: ogros, duendes, personas híbridas. Parecía que no había humanos. Nadie parecía sorprenderse de verme, creía que había cambiado mi apariencia. Busqué un espejo y cuando vi mi reflejo noté que seguía siendo humano. Ellos no me veían como una criatura extraña, eso quería decir que conocían a los humanos. Yo encontré un lugar seguro, empecé a buscar  respuestas, me acerqué a una persona híbrida, le expliqué mi situación, se sorprendió bastante, me llevó a su casa, me dio algo de comida y me explicó cosas acerca de ese mundo. Había humanos, solamente que ellos tenían sus propias aldeas, a veces se les veía por mercados o por otros lugares para abastecerse, hacer trueque o vender mercancías.

Hay niveles de poder que definen qué tan fuerte eres en la magia. Después de la explicación la señora me enseñó algo de magia básica y logré hacerlo bastante bien pero necesitaba irme, me dio algo de comida para el camino, le agradecí por su amabilidad y me fui a buscar a algún humano.

Pensé en dirigirme a un mercado para encontrar información de alguna aldea cercana. Posteriormente me encontré a una chica comprando flechas en una tienda, quería hablarle pero pensé que llegar de la nada a hablarle siendo un desconocido, definitivamente no era lo mejor. Me recordó  cuando conocí a mi mejor amigo: yo era nuevo en la ciudad y estaba perdido en un centro comercial, no encontraba la casa de mi tío, con él me iba a quedar a dormir, así que cuando lo vi pensé en pedirle ayuda. No sabía cómo acercarme para que pareciera una coincidencia y las cosas no se pusieran tensas.

Decidí usar la misma táctica. Entré a la misma tienda que ella y empecé a preguntar por una aldea humana, ella me preguntó por qué buscaba una, le dije que yo venía de lejos y necesitaba dónde quedarme. Mencionó que su aldea no estaba muy lejos, a  unos días de distancia. Le pedí que me llevara, dijo que sí y yo le agradecí por su amabilidad. La ayudé con las bolsas, vendimos algunas cosas que ella llevaba para conseguir dinero antes de marcharnos. Ella se llamaba Maya. Le platiqué que yo venía de otra dimensión pero no me di cuenta que alguien nos había escuchado. Cuando llegó la noche encontramos un lugar para quedarnos y decidimos crear una historia  para poder explicar de dónde veníamos: yo era un viajero que venía de una aldea muy lejana llamada Caremia, Maya y yo nos habíamos conocido en otra aldea vecina; ella necesitaba ayuda con la dirección de un campo de tiro. Yo la llevé al lugar, Anel, en el camino hablamos más y  me enteré que ella venía de una aldea que yo quería conocer,  ella me dijo que me podía enseñar el camino a esa aldea mientras yo la ayudara con algo, yo acepté; esa era la historia que hicimos, aunque era poco probable que nos fueran a preguntar ese tipo de cosas, lo mejor era estar prevenidos.  

A la mañana siguiente nos levantamos y seguimos con el viaje, decidimos meternos en el bosque para encontrar animales y para que Maya practicara el tiro de arco, ella me enseñó a usar un arma y cosas básicas de ese mundo. Después de eso nos fuimos a buscar animales para cazar y algunos vegetales y hongos que se pudieran comer. Maya también me enseñó a reconocer los tipos de hongos venenosos y comestibles. Caminamos por un buen rato, encontramos un animal que podíamos cazar, nos escondimos, lo rodeamos y lo atrapamos. No tardamos en cocinarlo y nos lo comimos. Salimos del bosque y llegamos a la aldea de Maya, nos fuimos a su casa y planeamos qué hacer después. Nuestra plática fue interrumpida por un ruido muy fuerte que venía de afuera y fuimos a  ver qué estaba pasando. Encontramos a una persona encapuchada en el piso de arriba, nos dijo que sabía todo de mí pero no tenía intención de revelar mis secretos porque no me imaginaba cuánta gente intentaría venderme. Él dijo que tenía sus propios planes para mí, en ese momento no entendía nada sobre quién era él y qué quería de mí, yo presentía que no tramaba nada bueno. Lo que pensaba se confirmó, cuando vi a Maya, ella tenía un gesto que mezclaba el miedo y la furia, Maya me me dijo que me fuera lo más lejos que pudiera.    

Mi intención no era dejar a Maya con ese tipo, ellos dos empezaron a pelear, él era peligroso, ella estaba poniendo su vida en riesgo por mí. Entonces vi a un señor en la calle, era alto, tenía el pelo negro se notaba que era bastante fuerte y parecía ser alguien de confianza. Le pedí ayuda, al principio él se negó, le expliqué acerca del hombre encapuchado con el que Maya estaba peleando y entonces cambió de opinión y me pidió que lo llevara donde estaba el encapuchado. Al llegar, sacó una espada, intenté hacer una distracción usando mis  lecciones de magia recientemente aprendidas e hice una bomba de humo y otra de luz. Cuando subí, vi algo horrible, Maya estaba gravemente herida y un chico de pelo negro tambien estaba allí, lastimado, tomé la linterna y la lancé al chico encapuchado, eso lo tomó por sorpresa y lo distrajo bastante, en ese mismo momento el chico de pelo negro y Maya aprovecharon para atacarlo a pesar de la condicion en la que estaban, ella era bastante fuerte pero se veía que moverse de manera tan brusca como para lanzarle flechas a alguien era doloroso, una flecha le dio en el hombro al encapuchado mientras la otra le causó un corte en la cara, el chico también lo golpeó en la cara con bastante fuerza; después de eso tomamos a Maya y nuestras cosas y nos fuimos, el hombre de la espada cubrió nuestra retirada. Después de caminar por un rato encontramos un buen lugar para quedarnos en el bosque, decidimos descansar ahí; al principio todo fue un silencio incómodo, les pregunté si estaban bien, ellos me respondieron que sí, Maya dijo que sus heridas no eran muy dolorosas, se podía ver que estaba mintiendo, se veía bastante lastimada pero después recordé algo que le quería preguntar a Maya:

-¿Quién era ese chico encapuchado?

-Su nombre es Elliot, es conocido por ser muy peligroso aunque en verdad la mayoría de la gente cree que es un mito, para asustar a los nuevos aunque casi nadie que lo ha visto ha salido con vida.

-¿Qué quiere de mí, Maya?

-No sé qué quiera contigo pero él mantiene muchas cosas guardadas para él mismo, tal vez yo pueda saber qué planea.

-Tú ya lo conocías. Maya se quedó bastante sorprendida pero me respondió:

-Lo conocí cuando éramos niños pero un día cuando teníamos siete años desapareció sin dejar rastro y tres años después empezaron los rumores acerca de esa persona encapuchada. Al año siguiente él apareció en mí casa, cuando lo vi supe que él era la persona del rumor. Me golpeó y me dijo que no me atreviera a decir nada acerca de que lo había visto. Él solía hablar bastante de otras dimensiones y de lo increíble que sería ir a alguna de ellas. En ese momento el chico de pelo negro habló:

-Tal vez  cuando escuchó que eras de otra dimensión quiso usarte para ver si podía ir a tu dimensión. Ahora sé que eres extraordinaria, pero prometo guardar el secreto; no me he presentado, soy Norman- nos extendió la mano con una amplia sonrisa.

Decidí contarle todo acerca de cómo llegué aquí, él estaba asombrado. Y esto ha sido todo hasta ahora, Norman, nos contó más sobre él y decidió acompañarnos a Maya y a mí.

Mi vida cambió totalmente, ahora los tres estamos viajando y conociendo otras dimensiones, ha resultado ser bastante divertido, no sé lo que nos prepare el destino pero sé que estaremos listos para afrontar cualquier reto.            

FIN

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