Desde hace muchos años, la moda se ha convertido en parte de nuestro día a día. Todas las prendas que utilizamos están diseñadas, cosidas y repartidas cuidadosamente; esto no quiere decir que esta no tiene ningún efecto en nuestro medio ambiente. Nuestras ganas de consumir ropa han hecho que en los últimos 20 años, los precios de esta bajen cada vez más, lo cual da más acceso a comprar, pero también expande la producción. Podríamos decir que cada uno de nosotros tenemos cinco veces más prendas de las que tenían nuestros abuelos a la misma edad. La producción de ropa se extiende cada vez más, y nuestra necesidad por comprarla también, la mayoría de esta es “Fast Fashion”.
¿Qué es el “Fast Fashion” o “Moda rápida”? El Fast Fashion es un término contemporáneo utilizado por las grandes cadenas de ropa para referirse a diseños de ropa que salen y se reparten rápidamente para seguir la línea de tendencia. Este fenómeno no solo se liga con tendencia, sino también con contaminación y explotación laboral. Miles de prendas salen todos los días de estas fábricas en las que probablemente niños las crearon, se envían rápidamente a las tiendas de estas cadenas gigantescas y se comienzan a vender antes de que la tendencia se acabe.
Claramente el mercado crece cada vez más , y con él crece el daño al medio ambiente, se podría decir que van siempre de la mano. El Fast-Fashion contamina nuestras aguas, acumula químicos, crea deshechos, expande la deforestación junto con la contaminación, por nombrar algunos daños que hace a nuestro planeta tierra. 20% de la contaminación industrial de aguas proviene de las fábricas de tinturas y textiles, ya que a partir de esto anualmente se tiran más de 150,000 toneladas de tintes en aguas residuales. La industria de la moda utiliza aproximadamente 1.5 billones de litros de agua anualmente, lo que obliga a mencionar que 750 millones de personas alrededor del mundo no tienen acceso a agua potable. El equivalente de un camión de basura de textiles se desecha en el mundo cada segundo y el 23% de sustancias químicas producidas en el mundo se destinan a la industria de textiles. Estos solo son unos cuantos de los cientos de datos que hay que nombrar para estar concientes de cuanto daño hace la moda en nuestro día a día.
Obviamente todos nos hemos dado cuenta de cómo la calidad de la ropa empeora cada vez más, y esto tiene una explicación muy simple. Todas esas prendas de ropa se hacen de forma masiva, es decir un solo diseño se hace cientos de veces, hace que baje el precio pero se venden más, lo cual le da una mayor ganancia a la empresa, y obviamente todas esas prendas que nunca se vendieron terminan siendo deshechos y nosotros con nuestros malos hábitos, también las tiramos tras haberlas usado lo suficiente.
Solamente el 15% de la ropa en el mundo se recicla o se dona
Mucha gente es consciente de todo esto, pero sigue consumiendo Fast-Fashion ya que piensa que una sola compra no hace ningún daño, pero hay cientas de personas que hacen lo mismo, lo cual lo vuelve cientas de compras. Sin embargo, existen soluciones y alternativas para mitigar estos problemas. El primer paso consiste en desarrollar la conciencia y la voluntad de cambio. La pandemia ha provocado cambios en la forma en que compramos moda: el 35% de las mujeres declara que tiene la intención de comprar menos prendas en el futuro, y el 28% de nosotros descubrimos que reutilizamos o reciclamos la ropa más de lo habitual. El público quiere más oportunidades de reparación y reutilización (68%) y menos presión de la publicidad (62%) y las redes sociales (65%) para comprar ropa. El 58% del público informa haber comprado menos ropa durante el encierro.
A pesar de que pensemos que nuestra aportación no hace ningún cambio, es muy importante que tengamos presente que si. Dejar de consumir tanta ropa y comenzar a darnos cuenta de las telas que se utilizan, al igual que la historia detrás de la creación de la prenda, puede ayudar a hacer un gran cambio. Investiga e infórmate para comenzar a tomar acción en el tema y así hacer, aunque sea mínimo, un cambio.
Inés Irizar Bostock
Alumna de 5to CCH
